En abril de 2025, España ha vuelto a liderar la producción ecológica en Europa, superando a Francia con casi tres millones de hectáreas certificadas. Este crecimiento, que representa un aumento del 11,8% respecto al año anterior, ha sido posible gracias a las nuevas ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y al esfuerzo de miles de productores que han apostado por una agricultura más respetuosa con el entorno.
Detrás de este dato, hay una realidad que merece celebrarse: el campo español está cambiando. Y lo está haciendo gracias a quienes trabajan la tierra con principios, cuidando el suelo, respetando los ciclos naturales y apostando por la calidad antes que por la cantidad. Regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña lideran este movimiento, pero lo más esperanzador es que la conversión ecológica está creciendo también en territorios donde hasta ahora no era tan visible, como Asturias, Extremadura o Castilla y León.
Desde Productores Sostenibles, celebramos este avance como un paso decisivo hacia un modelo alimentario más consciente. Pero también creemos que este liderazgo plantea un reto urgente: ¿cómo logramos que estos productos ecológicos lleguen realmente a nuestras mesas?
Porque, a pesar del récord de superficie ecológica, el consumo interno en España sigue siendo bajo. Los españoles gastamos de media 66 euros al año en productos ecológicos, frente a los 468 euros que gasta, por ejemplo, un consumidor en Suiza. La distancia entre el campo y el plato, todavía hoy, es demasiado larga.
En parte, esto se debe a una desconexión cultural con el origen de los alimentos. Durante años, el sistema alimentario se ha centrado en la eficiencia y el precio, dejando de lado preguntas esenciales: ¿quién ha producido esto?, ¿de dónde viene?, ¿en qué condiciones? Si queremos que la agricultura ecológica no sea solo una estadística, sino un motor de cambio, necesitamos reconstruir esa relación entre productor y consumidor. Y para ello hace falta comunicación, transparencia y confianza.
También es clave evitar el greenwashing. Hoy en día es fácil encontrar productos que se venden como “naturales” o “respetuosos” sin serlo realmente. Solo aquellos que cuentan con certificaciones oficiales —como la Eurohoja— garantizan prácticas sostenibles verificadas. Por eso es fundamental educar al consumidor y fomentar un consumo más informado y responsable.
En Productores Sostenibles creemos que este es el momento de dar visibilidad a quienes están transformando el sistema desde el origen. Productores que no solo cultivan alimentos, sino valores: honestidad, respeto, compromiso.
España tiene ahora una gran oportunidad: convertir su liderazgo ecológico en una revolución alimentaria real. Una que no solo empiece en el campo, sino que termine en cada cocina. Y para eso, estamos aquí